Personajes

Alfonso Diez

alfonso@codigodiez.mx

De don Porfirio a Ávila Camacho y Alemán

La Verdadera Fortuna de Porfirio Díaz

(Tercera parte de cuatro).

 

Una gran fortuna, invertida en diversos países, representada por miles de acciones y de propiedades, no se puede manejar directamente. Aunque Porfirio Díaz contaba con los hermanos González de Arteaga —Fernando en Francia y Manuel dirigiendo el Banco Nacional de México— necesitaba de otros hombres en puestos claves, por lo que se convirtió a su vez en director, director de destinos.

Si se detectaba un individuo con capacidad sobresaliente se le daban facilidades, se le ayudaba, se le encumbraba y acababa por ser integrado al monstruo financiero y al político.

El ingeniero Salvador Ugarte tenía 46 años de edad y era propietario de una Casa de Cambios que absorbió el Banco Nacional de México en 1926. Lo nombraron gerente de la oficina matriz en el Distrito Federal y ahí conoció a un muchacho veracruzano que a los 16 años de edad, en 1920, comenzó a trabajar en el Banco Francés de México y a partir de 1922 en el Banco Nacional de México, mismo que abandonó para organizar, con Ugarte, el Banco de Comercio, en 1932.

Ugarte dirigía el Banco de Comercio y nombró gerente general al muchacho veracruzano —Aníbal de Iturbide Preciat— en 1945, después sería sustituido por éste en la dirección. Controlaban también el Banco Comercial Mexicano —posteriormente Comermex—, del que nombraron director a Iturbide en 1955. Este banco fue fundado en 1934 por Eloy S. Vallina, que nació en un pequeño pueblo de Asturias y se vino a “hacer la América” para convertirse en uno de los empresarios de Chihuahua más exitosos, cabeza precisamente del Grupo Chihuahua.

De esta manera, el banco fundado por don Porfirio y Manuel González —Nacional de México— dejó una estela que movía individuos, formaba nuevas fortunas y… otros bancos, que llegaron a disputarle el liderazgo.

 

El Grupo Puebla

Una parte del capital del empresario americano convertido en poblano, William O. Jenkins, era manejada por el Banco de Comercio, del que éste controlaba el 41% de acciones. En otra de sus facetas, Jenkins fue una cabeza importante del Grupo Puebla, del que emanaron dos presidentes de México: Manuel Ávila Camacho y Gustavo Díaz Ordaz Bolaños Cacho. Maximino Ávila Camacho fue gobernador de Puebla y secretario de Comunicaciones cuando su hermano ocupó la presidencia.

Jenkins llegó a Nuevo León en 1901, a los 23 años de edad, procedente de Estados Unidos. Se trasladó a Puebla en 1905 y se dedicó a comerciar con medias y calcetines. Luego fundó la Compañía Industrial y Civil de Atencingo.

El brazo derecho de Jenkins era Manuel Espinosa Yglesias, poblano nacido el 9 de mayo de 1909. La historia comenzó así: Al morir el padre de Manuel Espinosa, éste pidió ayuda a Jenkins para consolidar el pequeño circuito cinematográfico que había heredado de su progenitor en el estado de Puebla; se asociaron y crecieron de tal manera que constituyeron una cadena de distribución cinematográfica a nivel nacional —Operadora de Teatros, S.A.—, que llegó a tener más de 250 salas de exhibición.

Jenkins metió a Espinosa al Consejo de Administración del Banco de Comercio, quien a nombre del primero —sin consultarlo— le compró el 10% de las acciones que a su vez heredó de su padre a Manuel Senderos, con lo que Jenkins adquiría el control del banco, con el 51% de las acciones. Pero éste no estuvo de acuerdo con la compra y Espinosa se quedó con ese 10%. Luego intercambió acciones con Jenkins: Espinosa le entregó su parte de Operadora de Teatros y se quedó con el 41% del Banco de Comercio que poseía Jenkins. Manuel Espinosa Yglesias se convirtió así en accionista mayoritario del banco que después se llamaría Bancomer y en director del mismo, junto a Salvador Ugarte, luego en director general..

Eloy Vallina y Carlos Trouyet, poderosos empresarios, dueños también entonces de Teléfonos de México, renunciaron al Consejo de Administración de Bancomer cuando Espinosa Yglesias se hizo de la dirección general.

Pero el Grupo Puebla impulsó a otros poblanos, como Rómulo O’Farrill Silva, para que consolidara, en 1936, Automotriz O’Farrill y comprara, en 1948, Publicaciones Herrerías, que publicaba el periódico Novedades. El primero de septiembre de 1951, fundó O’Farrill el canal 4 de televisión, para después asociarse con Emilio Azcárraga Vidaurreta —dueño del canal 2— en 1955 y formar Telesistema Mexicano, S.A., antecedente de la actual Televisa.

Por cierto que, para entonces, Azcárraga manejaba otra de las empresas del general Díaz, El Buen Tono, S.A. —dueña de XEB y XEBT— y al igual que Jenkins entró al negocio de los cines: Bahía, Bucareli, Apolo, Popotla, Estadio, Arcadia y más. Las estaciones radiodifusoras de El Buen Tono se encontraban a un lado del periódico Novedades, cuando éste estaba en la calle de Bucareli y las oficinas principales de la empresa —El Buen Tono— estaban en la calle de Ayuntamiento, a un lado de la XEW, también propiedad de Azcárraga.

La XEW fue fundada por Azcárraga Vidaurreta en 1930; la XEQ, en 1938; luego adquirió la XEX y construyó los Estudios Churubusco, en 1944, asociado con William Jenkins y formó un emporio dueño de teatros, centros nocturnos, editoras de periódicos y revistas, hoteles, empresas discográficas, etc.

Las salas cinematográficas de Jenkins, administradas por otros integrantes del equipo —Gabriel Alarcón—, redituaron lo suficiente para construir el periódico El Heraldo de México.

Por lo que se refiere al otro periódico —Novedades—, hay que aclarar que estaba ubicado en el número 23 de la calle de Bucareli, con oficinas también en Bucareli número 4 —arriba estaban las oficinas del canal 4—, cuando otro de los socios, Miguel Alemán Valdés, compró el edificio al que trasladaron el periódico, en la esquina suroeste de Avenida Morelos y Balderas. La primera piedra de esta construcción la puso Porfirio Díaz el 16 de junio de 1909 (En el próximo Personajes, la parte final).

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